La regla general es que cuanto más vieja sea la cerradura, más sencillo será vulnerarla. No se trata solo del desgaste de los mecanismos. La vulnerabilidad de las cerraduras antiguas tiene que ver también con un oficio de ladrón que ya ha descifrado la manera de abrirlas. El método más común es el bumping: se introduce en el ojo de la cerradura una llave que está en la posición más baja que tienen los pistones. Se la golpea suavemente con un martillo, lo cual separa a los pistones de los contrapistones y hace girar la llave.

Por otra parte, las llaves que abren estas cerraduras viejas, también son mucho más fáciles de copiar que las actuales.

Cuándo cambiar una cerradura

Los profesionales de la cerrajería sugieren cambiar las cerraduras (al menos las exteriores, que son las que están más expuestas) cada 10 ó 15 años. Esto atento a las sucesivas evoluciones de las cerraduras en tanto tecnología aplicada a la seguridad.

Pero también pueden darse otras situaciones donde es necesario hacer si no un cambio completo de cerradura, al menos sí realizar algunas modificaciones.

Cuándo cambiar una cerradura: robo o extravío de las llaves

Si hemos sido víctimas de un robo o hurto de nuestras llaves, no importan las circunstancias, lo ideal es cambiar la cerradura. ¿Por qué? Puede que nos hayan robado el bolso, no solo con las llaves sino también con documentos personales que indiquen nuestro domicilio. Será tarea sencilla entonces para el ladrón, unir los puntos. O quizás no sepa nuestro domicilio, pero tenga la posibilidad de seguirnos o estudiar nuestros movimientos. No querremos que la llave de nuestra casa o lugar de trabajo estén en sus manos y la situación de la pérdida de las llaves tampoco varía tanto.

Nuestra recomendación entonces es cambiar la cerradura completamente. Para eso es útil contar con la ayuda de un cerrajero profesional, que nos pueda asesorar sobre cuál es el mejor modelo. Es importante que tenga un sistema antibumping y que resista los embates de un taladro o ganzúa.

Al ingresar a una casa o local nuevo

Cuando se alquila o se compra una casa o un local también es recomendable cambiar la cerradura. El problema es que no sólo no sabemos quién

tuvo acceso a las llaves antes que nosotros, sino que tampoco sabemos cuántas personas lo tuvieron. Pensemos en el inquilino o dueño anterior, familiares, parejas o personas de su confianza (suya, no nuestra) a las que les haya dado copia. Pensemos en quienes hayan estado trabajando allí: pintores, albañiles, plomeros, electricistas. En este último caso es hasta posible que hayan tenido una llave maestra.

Cuando renegamos para abrir la puerta

Si la cerradura ya tiene varios años o si es de una calidad demasiado económica, que pueda hacer prever que llegó al fin de su vida útil, podemos ir pensando en cambiarla o al menos, sustituir el cilindro por uno nuevo. Lo que ocurre es que con el paso del tiempo, la cerradura va sufriendo la acción del clima, el uso, el herrumbre, la acumulación de suciedad. Eso va a ir complicando el mecanismo, notaremos que nos cuesta girar la llave. Hasta que un día, va a terminar colapsando de la peor manera, dejándonos encerrados o con la llave quebrada o encajada.

Ante estos síntomas, entonces, mejor proceder.

Desde luego que a la par del cambio completo de cerraduras hay otras soluciones intermedias más económicas. Para el caso de la seguridad, es el cambio de combinación. Quien haya robado nuestras llaves no podrá usarlas si cambiamos la combinación de la cerradura. Para el caso de que la cerradura esté fallando, tal vez un par de acciones de mantenimiento, como el engrasado, basten para sacarla adelante. Desde luego que quien mejor nos podrá asesorar al respecto será un cerrajero profesional.